viernes, 5 de junio de 2009

Trayectoria

Este es un poema que escribí en el 2003 y luego olvidé.

Cuando lo encontré me pareció muy bueno y después de una investigación sumaria resolví que era de mi autoría. Hasta el día de hoy guardo una duda in pectore. De cualquier forma, aquí va:

"Trayectoria

El fuego me cautivó
con su danza ansiosa de entropias.
Y el mundo abandonó su perfección,
su certeza mineral,
su cándida exterioridad.

De pronto nací
y todo nació conmigo.
Presencias y copresencias
habitaron las cosas,
desorbitando los ojos
en noches de temor
y presentimientos.

Un arco se tensó
y lanzó su flecha.
Nacieron la añoranza,
y la promesa,
y ante la nada, el sobresalto.

Alguna vez los dioses
me azoraron con el rayo y el viento,
descendieron ante mis ojos
a proclamar mi orfandad,
la pequeñez de mi día,
mi luz efímera,
mi brío desesperado,
mi nada
entre nada y nada.

Pero extendí las alas
y ellas cubrieron el horizonte
dejándolo tan pequeño...

Con metro y balanza
esclavicé la tierra y el cielo
y, por un momento, destroné a dios,
lo humillé, desbrocé su cuerpo,
desmembré su impostura
y aullé triunfante
en la cumbre de la penúltima montaña.

Un viento helado hirió mi rostro,
pero en mis ojos tronó el desafío.
Mi pequeño cuerpo sintió
la embriaguez de la ira,
del poder, de la sangre batiente y,
por un momento
sorbió el volátil néctar
de la eternidad...

Luego estallaron las magnitudes.
Un vahido confuso se derramó
en borbotones.
Lo mínimo se abismó
hasta el vértigo y la náusea.
Lo gigantesco abrumó al número
desangrando sus significados.
Ah, inmortalidad,
cuanto añoro tu beso fugaz!

Otra vez la sospecha de dios
en el vacío silencioso
de las noches sin sueño.

Quien soy? Pregunto al silencio.
Soy un pequeño pájaro de luz
posado en la frágil cornisa
que separa al vacío de la nada.
Las alas titubeantes,
indecisas,
entre el universo inmenso
y la insondable oscuridad.

Cuando la luz busca
mis ojos ciegos,
la claridad muere sin
hallar encuentro.
Cuando la luz besa
mis ojos ciegos,
su calidez cobija un sueño.

Nostalgias? Presagios?
Extraños ecos me trae el futuro.
Mis oídos quieren perforar
la distancia, avanzan,
hieren el tiempo...
Un retumbar de forjas
y rumores avanza desde el oriente.

He de ir a su encuentro?
He de esperar o he de huir?
El destino, por serlo,
no está marcado,
exige mi aliento para ser.
En su cuerpo de azar puro
late la correntada inevitable
y el imperioso impulso de mis horas.

En sincronía con mi corazón
palpita el flujo y reflujo
de los días por nacer.
Ah, cuanto extraño los
tiempos venideros!

Las últimas paradojas
se enlazarán para anunciar,
y anunciarán
con el silencio...

Cuando estalle la alborada
seré y no seré al mismo tiempo.
Y al mismo tiempo
habrá y no habrá tiempo.

Cuánto extraño la luz
que vendrá a recrear la vida
desde el abismo profundo
hasta más allá del vacío,
más allá de la última altura,
más allá de todo más allá."

Genivaldo Guiraldes

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